El fin de semana del Gran Premio de Holanda fue ante todo ¡PASADO POR AGUA! El jueves, después de disfrutar de un magnífico desayuno que nos preparó Sophia, decidimos ir a ver Assen durante toda la mañana aprovechando un poco la tregua que la lluvía nos daba.
Una vez todo más o menos visto, incluído el H&M donde aprovechamos para hacer algunas compras de rebajas, visitamos la exposición que Yamaha había montado a la entrada de Assen con motivo de su 50 aniversario. Allí había las motos con las que Yamaha ha corrido durante todos estos años, Rainey, Ivy, Roberts, Lavado, Rossi, Lorenzo…
De allí nos dirigimos al circuito donde volvió a caer el diluvio universal y tuvimos que estar practicamente toda la tarde encerradas en el hospitality… aprovechamos el único rayo de sol para ir al pit lane a hacernos una foto con la mítica tribuna principal de “la catedral”.
El viernes eran los entrenamientos oficiales (en Holanda la carrera es el sábado) y como volvía a llover decidimos quedarnos en el restaurante que hay en la entrada delpaddock del circuito de Assen tomando algo y viendo los entrenamientos por las pantallas que había allí.
Cuando terminaron los entrenos ya entramos dentro y pudimos estar más tranquilamente con todos aquellos amigos y conocidos que solo vemos de circuito en circuito. Después de tomar un té con mi familia dentro del paddock - Los Harrisson - decidimos ir a cenar algo a Groningen (situado a 20 min de Assen) donde nos habian dicho que había mucha fiesta porque es ciudad universitaria. Y no se equivocaban no, el centro estaba repleto de gente paseando, bebiendo y escuchando música.
El sábado llegó y el tiempo seguía igual. Vimos la carrera de 125cc en el hospitality del Team Forward Racing y para la de Moto2 nos dirigimos al balcón de encima de los boxes. ¡Qué gran carrera de Anthony West! Estaba realmente contenta y eufórica y en cuanto le vi no pude evitar darle un gran “axuxon”. (Terminó 4º, su mejor resultado en Moto2). La carrera de MotoGP la vimos otra vez en el hospitality mientras comiamos.
Una vez terminadas todas las carreras estuve durante un rato en la sala de prensa para ver el ambiente que se respiraba y como siempre después de un Gran Premio, estaba repleta de periodistas y fotógrafos terminando el trabajo del fin de semana.
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